Una exageración

Por Simón Ingouville

Ninguno del quinteto sabe contar


así que yo le voy a hacer el cuentito
al principio de todo.
cuando por primera vez viniesen.
los seis del quinteto eran así:

levin se mamaba con un dedal de cocacola antes de que diecen las dos
molina era petizo y feo y tenia todos los estantes vacios
funes no tenia memoria ni nada que guardar en ella
oyola entregaba cheques sin fondo y vivia atormentado
romero lo unico que tenia eran sus hermosos rulos
gorostiza tenia nada mas que diez dedos
y el pacha era un sucucho maloliente con un poco de suerte

hoy en dia
levin se retira de todos los bares muy puntual a las once de la mañana y caminando recto
molina es alto, rubio, bien parecido, padre y todos lo leen a el
funes tiene hecho mas de lo que puede recordar y mil bares inventados
oyola es una tormenta mental y sus cheques valen mucho por el autografo
romero saco de su cerebro algo mas absolutamente negro, enroscado y genial que sus rulos
gorostiza tiene dieciseis dedos
y el pacha, tiene la mala suerte de estar clausurado pero aprendio lo que es bueno

eso si,
levin nunca dejo de ser picante
molina no dejo de ser un caballero de provincias
funes nunca abandono el stirring
oyola sigue enorme y sin agrandarse
romero siendo el mejor amigo de la literatiura
gorostiza sigue hablando el magico idioma
y el pacha nunca perdio la sed y tiene mas hambre que nunca.

este viernes es un gran placer presentar una vez mas al quinteto y su puchero de pos guerra en el comedor donde tiemblan los poetas.

* gracias, amigo*